Yo me quedo en casa, ¡en una Casa Sana!

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Las circunstancias sobrevenidas los últimos días nos han puesto en una situación completamente nueva e inimaginable en todas las facetas de nuestras vidas. Por encima de factores económicos, sociales o emocionales, ahora el reto consiste en preservar nuestra salud, sin olvidar la definición de la OMS: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de enfermedad”.

El confinamiento en casa se presenta como la principal medida contra la expansión del virus, con lo que reducimos hábitos tan saludables como la exposición moderada al sol, el aire puro, el contacto con la naturaleza, el ejercicio físico… Por lo que convertir nuestra casa en una Casa Sana es fundamental en este momento. Desde la Asociación Española de Bioconstrucción nos proponen 4 medidas inmediatas, sencillas y urgentes para la mejora de la Biohabitabilidad de tu hogar:

  1. Ventila la casa

Deberías hacerlo varias veces al día, especialmente después de actividades que generan humedad (ducha, fregado…). Además, la concentración de personas es sinónimo de emisión de CO2, un gas nocivo que reduce el bienestar.

La ventilación cruzada (abrir ventanas en fachadas opuestas simultáneamente) durante unos 10 minutos asegura una renovación del aire suficiente para poder respirar aire sano. Recuerda que el aire exterior siempre es más puro que el interior, especialmente estos días de reducción de tráfico y emisiones industriales. Además, con las ventanas abiertas aprovechas la radiación solar ultravioleta necesaria para sintetizar la vitamina D, tan importante para el equilibrio del calcio y del fósforo.

Quizás vivas en una casa nueva, que todavía no ha secado la humedad de obra, o que ha sido pintada recientemente con pinturas o barnices convencionales; quizás hayas aprovechado estos días para realizar actividades de bricolaje utilizando siliconas, colas, masillas… La humedad de obra y la carga tóxica de todos esos productos es una seria amenaza para tu salud; ventila la casa incluso más veces al día y combínalo con la calefacción para ayudar a secar y limitar el período de emisión de disolventes tóxicos.

2. Sustituye los productos de limpieza convencionales por otros naturales

La carga de sustancias químicas de productos de limpieza convencionales es alta, y ahora limpiamos más y con más gente en casa, aumentando la inhalación de estos tóxicos. Por lo tanto, sustituye los productos de limpieza convencionales y olorosos por otros naturales, como vinagre de limpieza, bicarbonato o jabón natural. El alcohol al 70%, sustitutivo de la lejía, permite desinfectar manillas, griferías, teclados, móviles… sin contaminar el aire interior.

3. Evita la contaminación electromagnética

Elimina o aleja cualquier aparato eléctrico o electrónico al menos 1,5 m de la cama mientras descansas. El campo magnético alterno producido, reconocido por la OMS como posiblemente carcinógeno, y la corta distancia a nuestra cabeza es una amenaza que afecta a millones de personas.

Desenchufa los aparatos que tengas cerca del lugar de descanso; la lámpara de mesilla de noche, el cargador de móvil en el dormitorio y otros, ya que el campo eléctrico alterno producido podría ser excesivo. En este sentido, es posible que el cabecero de tu cama apoye sobre una pared con un cableado a la altura de la cabeza o que sea la pared medianera con otra vivienda que cuente con otra instalación eléctrica o quizás con aparatos electrodomésticos al otro lado de la pared. Los campos eléctrico y magnético producidos podrían ser muy elevados; como solución urgente podrías alejar la cama unos centímetros de la pared; en la mayor parte de los casos, un aumento de la distancia a la fuente emisora reduce bastante la radiación.

Desconecta el wifi y el resto de sistemas de transmisión de datos al menos cuando no estén en uso o durante la noche. Todas las tecnologías sin cable de transmisión funcionan mediante ondas electromagnéticas que son dañinas para el organismo. El siguiente paso sería sustituir de manera permanente la conexión inalámbrica por conexión por cable y “capar” definitivamente la emisión de nuestros Router y aparatos electrónicos, lo cual requiere un poco más de habilidad o un apoyo profesional.

Del mismo modo, los teléfonos inalámbricos son los aparatos que más contaminación electromagnética han introducido en nuestros hogares desde hace años. Por lo que es mejor el uso del teléfono tradicional por cable. Si necesitas un poco más de movilidad mientras hablas, existen inalámbricos con función “full eco” o “eco DECT plus” que limitan la emisión de ondas electromagnéticas al menos mientras no están en uso.

Un uso responsable de la telefonía móvil aumentará nuestra calidad de vida, actual y futura; hábitos como activar el “modo avión” durante la noche o desactivar el modo “wifi”, “datos” o “bluetooth” mientras no se usan, utilizar el “manos libres” cuando se habla o dejar el móvil alejado del cuerpo son medidas que permitirán librarnos de una importante dosis de contaminación electromagnética producida por nuestros teléfonos móviles.

4. Evita las humedades

Y la última recomendación, quizás la más crítica en cuanto a sus efectos en el sistema respiratorio y, por lo tanto, a la respuesta frente al coronavirus. Muchas viviendas están afectadas por proliferación de humedades y mohos, visibles o invisibles. Si tu higrómetro te indica humedades habituales de más del 70% en el interior o si observas manchas negras en las paredes, debes tomar medidas urgentes: desinfecta aquellas paredes o techos infestados de mohos con alcohol al 70% en spray (importantísimo: ¡no remover!) e intensifica la ventilación a primera hora de la mañana y última de la tarde, dejando entrar aire más frío al interior para favorecer el secado de las superficies. Los mohos contaminan el aire interior con peligrosos tóxicos que afectan al sistema respiratorio (asma, alergias…); para eliminarlos deberás incidir en su causa una vez acabado el confinamiento, contando con profesionales y tomando las medidas oportunas.

Todas estas medidas te permitirán reducir algunos de los factores de riesgo que alteran tu salud y la de las personas con las que vives. No obstante, no dejan de ser medidas inmediatas y provisionales que en gran parte de las viviendas no serán suficientes.

Una vez tomada conciencia de la influencia de los factores ambientales de nuestra casa en la salud, te recomendamos contar con profesionales para realizar el análisis individualizado de tu vivienda y plantear las medidas necesarias para su saneamiento.

Fuente: Asociación Española de Bioconstrucción

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